Busca en tu libro y resume las principales características del relieve canario y balear. Página 168
El territorio de Canarias es muy complejo debido a su carácter insular. Se trata de un archipiélago volcánico muy reciente (apenas tiene 30 millones de años). Los grandes edificios volcánicos se apoyan sobre grandes bloques de la cortez oceánica, y en la zona de contacto con la corteza continental africana. Las debilidades tectónicas que dieron lugar a las fallas y los bloques por las que surgió el magma se produjeron durante la orogenia alpina. Parecen coincidir, además, con la presencia de un punto caliente, en la que el manto tiene una corriente de ascensión. Así pues, la disposición de las islas refleja la red de fallas presentes en la corteza oceánica. Presentan un vulcanismo activo, aunque de poca intensidad. El grueso de las islas surgen en el Mioceno. Sólo El Hierro y los islotes menores son del Cuaternario.
Las mayores elevaciones son: el Teide (Tenerife) 3.715 m (la mayor montaña de España), el Roque de los Muchachos (La Palma) 2.423 m, Pico de las Nieves (Gran Canaria) 1.949 m, Malpaso (El Hierro) 1.501 m, Garajonay (La Gomera) 1.487 m, Jandía (Fuerteventura) 807 m y Peñas del Chache (Lanzarote) 671 m.
Encontramos varias fases de coladas de lavas que dan un típico relieve volcánico. Las más antiguas se llaman macizos antiguos (que no hay que confundir con los macizos antiguos continentales) que aparecen en Gran Canaria, La Gomera, el norte de La Palma, el sur de Fuerteventura, y sectores de Tenerife y Lanzarote. Algo más modernas son las dorsales que aparecen en El Hierro, el sur de La Palma y sectores de Tenerife. Incluso en estos sectores más antiguos predominan las formas constructivas sobre las de erosión y sedimentación. No obstante, en las zonas estructuralmente deprimidas se acumulan grandes masas de derrubios poco rodados. Durante las grandes glaciaciones las Canarias tuvieron un clima más árido, que favoreció la erosión y la aparición de derrubios en las laderas y los barrancos. No obstante, la capacidad de transporte de las aguas es muy limitada y por lo tanto no han sido evacuados. En buena medida se trata de regolitos.
Las costas son las que más reciben el ímpetu de la erosión, debido a la actividad marina. Hay muy pocas zonas de acumulación, lo que se traduce en la existencia de muy pocas playas naturales. Predominan los grandes acantilados. Las playas y los campos de dunas están sobre plataformas de abrasión abandonadas, testigo de antiguos niveles del mar.
Lo más característico de las islas Canarias son los barrancos. Se trata del cauce esporádico por donde se dirigen las aguas corrientes presentes en las islas. Su recorrido es corto y generalmente tienen un perfil rectilíneo muy marcado. Su cauce está tapizado de derrubios arrastrados por las aguas.
A pesar del carácter montañoso de la mayor parte de las islas también encontramos importantes llanuras. En Lanzarote y Fuerteventura son característicos sus glacis, que destacan mucho debido a que son, estas, las islas más áridas (así como las más antiguas).
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